En principio se pensaba que las agujetas eran producidas por el acido láctico.
Este acido se produce cuando al músculo se le pide un esfuerzo muy rápido y no consigue quemar todas las partículas de glucosa.
Más tarde se descubrió que el acido láctico es evacuado de los músculos y se metaboliza en pocas horas.
Por lo que las agujetas del día siguiente deberían de haber desaparecido.
Se concluyó que las agujetas se producen por micro-roturas de las fibras musculares y el tejido adyacente, por el aumento de la presión intramuscular.
Estas pequeñas roturas se auto-reparan, pero producen ese molesto dolor que, normalmente, tarda varios días en desaparecer.
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